Leo con agrado "Un sol que en invierno" del jóven narrador César Bedón (Borrador editores, Lima, 2008), y me pregunto: ¿cuál es el problema en este tipo de texto?, ¿frente a qué cosa estamos? En primer lugar, como todo narrador que se precie, Bedón intenta escribir una novela, le encanta, le atrae, tiene fervor, y necesidad de hacerlo. Pero al mismo tiempo, conoce sus límites, teme fracasar, no es un profesional, y no tiene mucha experiencia publicada, en vivo y en directo. En segundo lugar, en el marco de esta ambigüedad, querer hacerlo y ser un inexperto, Bedón escoge una fórmula narrativa simple, al alcance de su mano y que más le satisface: el "collage". Su novela de punta a punta, es el uso intensificado de este recurso, en la carátula, en el texto, en la composición tipográfica. De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas, "collage", voz francesa, adaptada al castellano como "colaje", significa: técnica pictórica consistente en pegar sobre lienzo o tabla materiales diversos.

Bedón, ducho en las artes gráficas, ha compuesto su novela de retazos, de fragmentos, de poemas, de textos de autores conocidos, y también con una dosis de miedo, y sensación de estar caminando en un terreno desconocido. Lo dice en la página 105: "debería retomar mi novela. no la toco hace un mes y yo siento que es uno de los pocos lugares donde puedo hallar orden. al menos pienso en ella muchísimo, y creo que eso está bien. tengo una idea estructurada para el final, una idea que tiene que ver con puertas...me da miedo, sin embargo, las cosas que estoy poniendo allí dentro. miedo de una clase que yo no conocía antes".


En otras palabras, buena parte del material son e-mails suyos o de sus amigos en la temporada 2003 y 2004, acompañados de textos de Cioran, Blanca Varela, Böll, Teillier, etc. Naturalemente, él y sus amigos eran adolescentes en aquella época, y frescos y humorísticos, tomándose el pelo, y a la desidia, se expresaban así.

El collage, pues, le permite a Bedón ser fragancioso como el anís, y así evita las tradicionales formas de la narrativa: no hay argumento, no se construyen personajes, no hay descripciones, o zonas dialogadas. Tampoco el autor lo intenta o lo desea. Y sin embargo, el relato fluye natural, sin mayores complicaciones, puesto que más se acerca al minimalismo, o novela poemática.


La eficacia de su collage o novela minimalista, está dada por la honestidad, por el hueveo, por la sinceridad de sus palabras, por el buen humor, por el ingenio. Ni Bedón ni sus amigos quieren ser originales, ni desean inventar la pólvora. Como dicen los muchachos, normal nomás. Tampoco buscan la palabra perfecta, el giro eficaz, la frase genial. Lo suyo, su producto, se da al margen de si es novela o no, no tiene nada que ver con que si es buena o no, si gusta o no. Bedón quiere expresarse, quiere ser escuchado o comprendido. Que se le lea ya es un triunfo, y si hay un comentario mucho mejor.

Este es el real contexto de esta novela, buscar expresarse, ser entendido, no ser mirados como pájaros raros y nada más, lo demás que venga por añadidura. Si gusta está bien, si no gusta igual también.

Bueno,. ¿y qué quiere expresar esta novela de título extraño? Lo que toda novela de aprendizaje siempre tratará de decir: las dificultades, las ilusiones adolescentes, el descubrimiento de la humorada, la frase cruzada, los miedos y la risa. Página 117: "ando aburrido. mira. ayer estaba conversando con akito y le dije: me gustaría viajar al áfrica, para que me coma un león..." El rumor de las cosas puede ser sorprendente. Página 77: "la vida es extraña, césar. uno camina y mira, todo el tiempo camina y mira, y va haciendo esto y lo otro mientras sigue mirando y caminado. de pronto, en un lugar o en un momento, uno se detiene para ver qué hizo, qué vio, por donde caminó, y todo lo que hay son tantas personas instaladas en el corazón de uno. cómo, cuándo, dónde... no sé. lo demás resulta ajeno. como si todo se resumiera en un rostro, una carta o una palabra: una persona".


La idea de la felicidad es estupenda, página 57: "qué sería para ti la felicidad perfecta. Es bien simple: que el chocolate no empache nunca. ¿No sería lo máximo?". La misma felicidad pero vista desde otro ángulo "ya, ahora sí, ya me di cuenta que mi objetivo en la vida es estar echada contigo en la cama, "viendo la tele". pucha, me empezó a latir fuerte el corazón, mejor me borro" (pag 27).

Augusto Higa

Guillermo Giacosa en la presentación de "Un sol que en invierno"

Mesa de ventas en el Centro Cultural España

Pedro Villa, Katia Adaui, Guillermo Giacosa y Bruno Ysla presentando "Un sol que en invierno" de César Bedón frente a una nutrida concurrencia, en el Centro Cultural de España (04/05/2009)