El auditorio Ricardo Palma estuvo lleno cuando Gonzalo Rojas, uno de los grandes poetas chilenos, se presentó. En un momento de la lectura de sus poemas, se quejó del ruido y pidió que alguien cerrara la puerta del auditorio. Preguntó alzando la voz, ¿a ustedes no les molesta el ruido también? Y los que estaban más adelante dijeron que sí. Yo estaba en la parte del fondo, y podía escuchar una orquesta de marinera desde algún otro auditorio.
Gonzalo Rojas aprovechó entonces para hablar del ruido del mundo, de la velocidad en que todo se movía en estos tiempos. También de la proyección de Vallejo en su poesía (leyó un poema dedicado a él) y de cómo no le importaba detenerse en la lectura del poema para explicar algún verso. En resumen, un poeta que sabía dominar al público, hacerlo reír y meditar.
Lo que más disfruté fue el momento en que casi al final del recital, 2 o 3 personas empezaron a irse y él dijo con la misma euforia con la que recitaba sus versos: Váyanse nomás, provocando la risa del auditorio.
Luego me comentaron que mucha gente que hizo cola afuera de la feria, no pudo entrar al concierto de Inti Illimani, ocasionando protestas y alboroto. La idea de los conciertos es nueva en la FIL, y esperemos que haya más organización en los próximos eventos. La Cámara Peruana del Libro está haciendo un gran trabajo y esperamos que la Feria de Libro siga creciendo en su propuesta.